¿Cuándo debemos consultar con el cliente?

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A veces los gerentes de proyectos nos encontramos con varias dudas con respecto a los trabajos que estamos realizando. Cada cliente es diferente y las situaciones y relaciones con cada uno de ellos son únicas. Una de las cuestiones con las que siempre nos enfrentamos es si debemos preguntar al cliente acerca de alguna duda que tengamos sobre el texto original, el formato, el uso previsto de la traducción, el público que va a leer el texto, etc.

En ninguna agencia existen reglas fijas, pero una buena idea es tratar de resolver estos temas antes de comenzar con el proyecto. Ese es el momento en el cual debemos preguntar al cliente: dónde se va a publicar esta traducción, a qué tipo de público está dirigida o si tiene requisitos particulares (todo esto puede ser preguntado durante la etapa de cotización para evitar las idas y vueltas en el futuro).

Algunos clientes no van a reaccionar de la manera que esperamos y tan solo nos dirán “necesito traducir este documento”. En estos casos en los que la comunicación y las expectativas no son claras, debemos asegurarnos de obtener la mayor cantidad de información posible ya que no podemos cumplir con las expectativas si no sabemos cuáles son. Muchas veces los mejores trabajos de traducción se logran gracias a los esfuerzos de colaboración entre todos, y esto incluye el cliente. A veces, su participación resulta clave para garantizarse el resultado que desean.

Una vez comenzado el proyecto, y antes de acudir al cliente, podemos consultar diferentes fuentes de información en caso de que surjan dudas: podemos investigar sobre el tema en diccionarios especializados o en sitios de internet, también podemos consultar con nuestros colegas que probablemente hayan realizado trabajos similares en algún momento. Existen además distintos foros y blogs de traducción donde podemos escribir nuestras consultas.

Si el cliente no tiene una respuesta adecuada a nuestras dudas, también podemos recurrir a profesionales del área sobre la cual estamos traduciendo (como puede ser medicina, IT o legal), muchas veces ellos pueden resolver nuestras dudas ya que están en contacto con el vocabulario específico a diario. A menudo, el cliente que nos envía los archivos simplemente trabaja dentro del departamento de marketing, por ejemplo, y no tienen idea de quién es la persona que escribió el texto originalmente.

En muchos casos, los clientes están realmente agradecidos por tomarnos el tiempo de acudir a ellos para solucionar nuestras dudas antes de recurrir a cualquier traducción a la ligera. Para mantener una buena relación con los clientes y que la comunicación no sea pesada, lo mejor es recolectar la mayor cantidad de preguntas posibles y enviarlas en un solo correo electrónico.