Entonces, ¿qué hacer con las capturas de pantalla dentro de un programa informático? Traducirlas, claro, pero con sumo cuidado: si remiten al propio software, hay que hacerlo de manera que la traducción de lo que se ve coincida exactamente con la traducción de esos mismos términos dentro del cuerpo de texto del programa. De nada sirve traducir el nombre de una pestaña en una captura, por ejemplo, si en el resto del programa esa pestaña tiene un nombre diferente.
Estas cuestiones de consistencia son muy importantes, por eso es necesario realizar un proceso de traducción de tres pasos, que incluya traducción, edición y proofreading. En el caso de herramientas informáticas o páginas web, puede resultar conveniente incluso dedicar unas cuantas horas a probar el sistema una vez traducido y programado. Esto garantizará que el producto final sea el mejor. Puede ponerse en contacto con nuestro equipo y solicitar una cotización gratuita para la traducción de su software o página web.