Muchos de los países de la Unión Europea deberán seguir trabajando en la enseñanza de lenguas si pretenden convertir en realidad ese anhelo políglota de sus ciudadanos: si bien casi la totalidad de los encuestados están de acuerdo en que el aprendizaje de otros idiomas resultará fundamental para sus hijos (98 %), poco más de la mitad de ellos se considera capaz de mantener una conversación en otro idioma distinto del suyo (el 54 %). Esta cifra varía mucho entre países, ya que en algunos existe una arraigada tradición de poliglotismo mientras que en otros todavía no se cosechan los frutos de la generalización de la enseñanza de lenguas. En Suecia, por ejemplo, el 91 % de los encuestados declaró ser capaz de mantener una conversación en otro idioma, pero solamente el 46 % de los españoles tiene esa capacidad, aún menos extendida entre quienes respondieron a la encuesta en el Reino Unido (39 %). Queda claro que los gobiernos de estos países deberán revisar sus políticas educativas y culturales para que su futuro lingüístico se parezca un poco más al que desean sus ciudadanos.
Por último, la encuesta también permite destacar el alto valor que los europeos conceden a la tarea de la traducción: entre el 67 % y el 76 % de los encuestados están de acuerdo en que esta desempeña un rol fundamental en la circulación internacional de la información, la educación, la búsqueda de empleo, la salud y la seguridad.